jueves, 27 de junio de 2013

#Pemex: el plan "transformador"



John Saxe-Fernández

No se desanime, puede modificar la Constitución, dijo el senador Ernesto Cordero, ex secretario de Hacienda de Calderón, al ofrecerle a Enrique Peña Nieto los votos de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN) para la apertura total de Pemex al capital privado. Parece que la labor de Calderón se extiende más allá de dar cátedra sobre liderato global a los estudiantes/clientes de la Harvard Corporation que lo acoge con su enorme cauda de muertos, desaparecidos y desplazados. Esa hospitalidad ¿es por promover los intereses y la guerra irregular del Pentágono en México, ya que en su junta ejecutiva figuran ex secretarios del Tesoro como Robert Rubin y Larry Summers? Rubin, además, presidió la junta ejecutiva de Citigroup, matriz de Banamex, inversionista en ExxonMobil, la mayor entre las mayores (BP, ChevronTexaco, Shell, Amoco, Arco) aspirantes a incorporar el gas y petróleo de México a sus activos.
Rex Tillerson, gerente de Exxon, ya declaró que estarían dispuestos ... a invertir en el sector de petróleo y gas de México, sólo si el gobierno mexicano permite que la compañía sea dueña de algunas reservas energéticas. (La Jornada, 28/6/12) La promoción para privatizar la exploración y producción petrolera ya empezó. La SE anticipó que el plan que presentarán en septiembre incluirá la capacidad para realizar inversiones por medio de contratos de riesgo y EPN reiteró al Financial Times que abrirá el petróleo a los privados agregando, como exigen Exxon et al, que la reforma sería transformativa al incluir los cambios constitucionales necesarios para darle certeza a los inversionistas privados.
Una todavía mayor regresión social y trato colonial –a la Afganistán– se deja ver en el reportaje del Wall Street Journal: “el plan contempla concesiones de 25 años (25-year contracts) de áreas designadas, permitiendo a las firmas privadas registrar las reservas como parte de sus activos (‘allowing private firms to book oil reserves’) lo que les facilita acceso a los mercados financieros globales”. Además, el plan incluye la creación de una agencia nacional de petróleo, una suerte de fondo soberano que administraría los ingresos petroleros del país.
La fuente no especificó el banco global a cargo del manejo de los multimillonarios depósitos. En el caso del gas y petróleo producido por los privados, dicha agencia le pagaría a las firmas los costos de producción y las ganancias (de haberlas) las compartiría el Estado con las compañías, dijeron las fuentes al WSJ. “Cuánto sería la parte del gobierno no ha sido determinado, aunque un alto oficial gubernamental dijo que podría ser de cerca de 70 por ciento (Ibid).
Las mayores que operan con el ADN de la Standard Oil de Rockefeller, han soñado esto desde que Lázaro Cárdenas las nacionalizó en 1938. En los tiempos del techo del petróleo –convencional– cuando toda nación cuida sus recursos, cayó como anillo al dedo a las petroleras el entreguismo de la cúpula que opera en lo oscurito del Pacto ¿por México?. Máxime cuando a las mayores se les dificultó lograr tasas adecuadas de reposición e incremento de las reservas, vitales para captar más inversión en el mercado. Desde el escándalo en Wall Street cuando Royal Dutch Shell infló el monto de sus reservas probadas en el mundo en 4 mil 350 millones de barriles (NYT, 19/4/04), la Securities Exchange Comission, encargada de certificar cada año ante los inversionistas el monto de las reservas de cada firma, intensificó la revisión de los informes sobre las reservas de gas y petróleo. El escándalo Shell, dice Steve Coll en su revelador Private Empire (Penguin, 2012 p. 158), hizo obvio que en la era del nacionalismo por los recursos, las presiones sobre las grandes petroleras para reponer reservas son tan severas como para inducir estas groseras distorsiones.
Las iniciativas energéticas, de seguridad y el expedito mecanismo del pacto que desciudadaniza la dinámica política reflejan la urgencia de las grandes petroleras ante las dificultades y obstáculos en el crecimiento de la produccion y el agotamiento de campos petroleros, que pierden entre 5 y 7 por ciento de su producción anual. (“Exxon has an oil shortage” WSJ, 28/IX/12)
El plan en México es semejante a diseños anteriores de ExxonMobil en África Occidental endosados por el Banco Mundial, con aprobación del Departamento del Tesoro entonces a cargo de J. Wolfenshon, y luego de Larry Summers, asesorados por T. Geithner: Exxon deposita a un banco global lo que estima le corresponde al gobierno por el gas y petróleo extraídos según sus registros de producción diaria. El banco resultó ser Citigroup, actual dueño de Banamex y de un jugoso bloque accionario de ExxonMobil.
Coda: un alto cargo de la SE mencionó al WSJ (18/6/13): Queremos dejar en claro en la Constitución cómo (las firmas privadas) pueden participar. Esto sería la constitucionalización de un traspaso de riqueza sólo comparable al despojo territorial formalizado en 1848.

Fuente La Jornada

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